¿Sabemos bien si se pueden consumir los medicamentos después de caducados? PARTE 2
De manera que, aunque es cierto que la efectividad de un medicamento puede disminuir con el tiempo, en varios medicamentos gran parte de la potencia original aún permanece incluso una década después de la fecha de vencimiento(1). Excluyendo la nitroglicerina, la insulina y los antibióticos líquidos, podría considerarse que la mayoría de los medicamentos son tan duraderos como los probados por los militares, siempre que se almacenen en un lugar fresco y ni demasiado húmedo, probablemente ayudará a que un medicamento permanezca potente durante muchos años(3). Las formas de dosificación sólidas, como tabletas y cápsulas, son más estables después de su fecha de vencimiento que los medicamentos que existen en solución o como suspensión reconstituida, que pueden no tener la potencia requerida si se usan cuando están caducados según la fecha provista por el fabricante (3).
Otro estudio, realizado por Simons sobre los autoinyectores caducados EpiPen y EpiPen: más allá de su mejor momento, señaló que los medicamentos difieren en términos de sus formas, dosis y estabilidad(5). Por lo general, los medicamentos en forma líquida (por ejemplo, soluciones y suspensiones) no son tan estables como los de las formas sólidas (por ejemplo, tabletas y cápsulas). En dicho estudio(3) se informó que la biodisponibilidad de EpiPen® (autoinyectores de epinefrina) se redujo cuando se administró entre 1 y 90 meses después de la fecha de vencimiento etiquetada en comparación con aquellos que aún no habían expirado.
Por otro lado, ciertos medicamentos tienen un índice terapéutico estrecho y pequeñas disminuciones en la actividad farmacológica pueden resultar en graves consecuencias para los pacientes. Los anticuerpos monoclonales deben incluirse en este grupo. Estos medicamentos no deben usarse más allá de la fecha de caducidad(3).
En la publicación científica Mayo Clinic Proceedings (2), se sugirió que se podría exigir a los fabricantes de medicamentos que establezcan una fecha de vencimiento preliminar y luego la actualicen después de las pruebas a largo plazo. Aunque podría haber resistencia, por diversas razones, por parte de los fabricantes a tales pruebas. Así que alternativamente, también una organización independiente podría hacer pruebas similares a las realizadas por un programa de extensión de una Agencia Reguladora de Medicamentos o por los datos de un programa de extensión que podría aplicarse a medicamentos, según su forma de dosificación sólida o líquida, almacenados adecuadamente(2)(3).
Referencias
1. Cantrell L, Suchard JR, Wu A, Gerona RR. Stability of Active Ingredients in Long-Expired Prescription Medications. Arch Intern Med. el 26 de noviembre de 2012;172(21):1685–7.
2. Diven DG, Bartenstein DW, Carroll DR. Extending Shelf Life Just Makes Sense. Mayo Clin Proc. 2015;90(11):1471–4.
3. Gikonyo D, Gikonyo A, Luvayo D, Ponoth P. Drug expiry debate: the myth and the reality. Afr Health Sci. septiembre de 2019;19(3):2737–9.
4. Zilker M, Sörgel F, Holzgrabe U. A systematic review of the stability of finished pharmaceutical products and drug substances beyond their labeled expiry dates. J Pharm Biomed Anal. marzo de 2019;166:222–35.
5. Schöfer H, Simonsen L. Fusidic acid in dermatology: An updated review. Eur J Dermatology. enero de 2010;20(1):6–15.
Autor: Rubén López Millares. Doctor en Ciencias Médicas. Médico Farmacólogo. Profesor Asociado de la Escuela de Medicina “Luis Razetti”. Facultad de Medicina. Universidad Central de Venezuela. Investigador de EpiDemMed. Coordinador Académico de la Comisión Científica de Salud Poblacional de la AVEPO.