Este artículo es parte de un ciclo dedicado a todos los venezolanos, los gobernantes, los partidos políticos y otras organizaciones sociales y económicas para que tomen consciencia sobre el Sistema Público de Salud y se dispongan a actuar concertadamente en favor de nuestra población .
Sociopoliticamente en una sociedad eficiente y eficaz en el logro de sus propósitos sociales debe haber equilibrio entre los mecanismos de la coerción y los mecanismos del consenso. Es decir, el Estado debe reunir e integrar en equilibrio al poder político con el poder de los ciudadanos organizados, y lo público y lo privado deben coexistir en armonía.
De no darse ese equilibrio, la sociedad y sus miembros generan el desequilibrio del conflicto que tiende a prolongarse indefinidamente en el tiempo, impidiendo que la sociedad logre sus propósitos de dar felicidad, prosperidad, crecimiento y desarrollo a la población.
Los ciudadanos organizados debemos ocupar y activar los espacios de participación que dentro del Estado nos corresponden. Abandonarlos implica que los mecanismos de la coercion se imponen y menguan los mecanismos del consenso, con lo cual el Estado tiende a ser totalitario.
El sector salud no es ajeno a esa complejidad de la dinámica sociopolítica. Y en el Sistema Público de Salud deben coexistir lo público y lo privado para el beneficio de las personas y las comunidades. Cuando no ocurre así los ciudadanos no tenemos asegurada la atención oportuna y adecuada a nuestros problemas de salud, ocasionándole problemas a la comunidad.
El componente público de un sistema de salud incluye los niveles nacional en manos del gobierno nacional, estadal dirigido por cada gobernación de estado, y municipal a cargo de cada alcaldía. Esos tres niveles deben funcionar de manera integrada y coordinada.
Además, el sistema público de salud está formado por tres niveles de atención, cada uno de ellos con funciones distintas; también son distintos en lo referido a la composición profesional y técnica de las personas que trabaja en cada nivel. También difieren en cuanto a su equipamiento y el grado de desarrollo tecnológico que disponen. Los niveles 1 y 2 son prehospitalarios de atención ambulatoria, mientras que el nivel 3 es el hospitalario. Son distintos niveles pero deben funcionar de manera integrada mediante los sistemas de referencias y contrarreferencias y de vigilancia epidemiológica .
A los hospitales deben llegar casos que por su complejidad y complicaciones verdaderamente necesiten ser atendidos en los hospitales; lo cual suele representar entre un 5 y 10 por ciento de los pacientes. Pero cuando los niveles 1 y 2 no funcionan adecuadamente, el 95 por ciento de las personas van a los hospitales y ocasionan congestión hospitalaria y elevación de los costos de funcionamiento de los hospitales, los cuales terminan colapsando y en situación de crisis crónica. La población resulta severamente afectada, no recibiendo atención oportuna ni de buena calidad. Y los médicos y demás profesionales y técnicos que laboran en los hospitales sufren de estrés laboral y de muy deterioradas condiciones de trabajo.
Este articulo (Microvital Nº 32), corresponde a la serie producida por el Dr. Rómulo Orta C . para el segmento de Microvitales que se difunde semanalmente en el programa Super Estelares Esculpi, por Radio Capital 710 AM .
