La longevidad en el humano se ha incrementado de forma significativa durante las últimas décadas del extinto siglo 20 y las dos primeras décadas del recién iniciado siglo 21 gracias a los avances en las ciencias, en especial en el área de la salud pública y la medicina y a avances tecnológicos en salud. No obstante, este incremento en la expectativa de vida nos muestra diversos retos que desafían a la sociedad.1
Destaca como desafío principal el financiero. Teniendo una población que avanza indeteniblemente hacia mayores índices de envejecimiento, el modelo de pensiones y otros beneficios sociales sufre un gran apremio. El aumento continuo de la esperanza de vida durante las décadas venideras conlleva como resultado, para muchos de los individuos nacidos desde el año 2000, que su permanencia de vida será de 100 o más años. Este panorama demográfico futuro creará dificultades para el sostenimiento de una vida adulta como la que hemos observado hasta los actuales momentos con tres momentos diferenciados en la vida de las personas. Ellos son: la fase de estudio o preparación intelectual, la productiva o laboral, y la del retiro o jubilación. Este perfil de vida adulta en tres periodos comienza a no ser llevadero por el aprieto financiero que acarrean las pensiones, cuyo disfrute tendrá que prolongarse por más años para los individuos jubilados, cuya cantidad va “in crescendo” debido al aumento en la expectativa de vida1.
Otro reto significativo es el laboral. El aumento de la supervivencia unido a la penetración exponencial de las nuevas tecnologías ocasionará un universo laboral más versátil y variante, aunque con más oportunidad, y así mismo, hará inevitable innovar en todos los espacios, principalmente en la educación, en la diversidad de carreras y los trabajos, y la manera de ejercer el rol laboral en sociedad. Nuevas oportunidades de aprendizaje y entrenamiento deberán abrir las sociedades para que los adultos mayores hagan un uso provechoso de las nuevas tecnologías en su vida cotidiana.
Nuestra sociedad venezolana registra la aparición de procesos de reenvejecimiento y de desplazamiento o compresión de la morbilidad y la mortalidad en las personas que alcanzan y sobrepasan los 80 años. 3, 4
También, el sostenido incremento en la esperanza de vida conlleva implicaciones en el ambiente sanitario. Teniendo una cantidad de personas cada vez más avanzada en edad, se hace ineludible responder una atención sanitaria apropiada y permanente para todos, por lo que el impulsar la atención primaria de salud enfocada en este recién naciente grupo demográfico de adultos mayores es un objetivo prioritario.1
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
1. Instituto Santalucía. Los Retos de La Longevidad En El Siglo XXI.; 2018.
2. Morfi Samper R. La salud del adulto mayor en el siglo XXI. Rev Cubana Enfermer. 2005;21(3).
3. Jelenkovic Diana y López Millares Rubén: ESTUDIO DESCRIPTIVO, COMPARATIVO Y DE INTERPRETACIÓN CONTEXTUAL DE LA DEMOGRAFÍA DEL ENVEJECIMIENTO. VENEZUELA Y CUBA. PERIODO 1950 a 2050”, Caracas, julio de 2018 (Trabajo de ascenso académico a la categoría de Profesor Agregado de la Universidad Central de Venezuela).
4. Jelenkovic Diana y López Millares, Rubén: EL USO DE LA ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA SIMPLE COMO PROPUESTA PARA ESTUDIAR LA COMPRESIÓN DE LA MORTALIDAD PARTIENDO DE LOS CASOS VENEZUELA Y CHILE. 1985-2014.Caracas, Venezuela. Julio de 2021 (trabajo de ascenso a la categoría de Profesor Asociado de la Universidad Central de Venezuela).
AUTOR: DIANA JELENKOVIC.PROFESORA ASOCIADA. DOCTORA EN CIENCIAS MÉDICAS. DEPARTAMENTO DE MEDICINAPREVENTIVA Y SOCIAL. ESCUELA DE MEDICINA “LUIS RAZETTI”. UCV.
