JOSE GREGORIO HERNANDEZ CONJUGÓ LA RELIGIÓN CON LA CIENCIA.
Las actividades religiosas y científicas del doctor José Gregorio Hernández tienen lugar dentro de una situación caracterizada por la emergencia en los inicios de los siglos 19 y 20 de tendencias secularizadoras; es decir, dentro del proceso de modernización de las sociedades, la secularización consiste en la diferenciación y separación de lo religioso del campo del ejercicio del poder del Estado, de la ciencia y la educación. Lo cual hace pensar que desde su sólida postura religiosa el doctor Hernández quiso demostrar que la religiosidad no es excluyente del quehacer científico; pareciera como si el doctor Hernández hubiese pensado en que religión y ciencia se complementan.
Refiere Andrés Soyano, en “Albores de la inmunología en Venezuela”, que una vez graduado en 1888, como médico en la Universidad Central de Venezuela, en noviembre de 1899 el gobierno venezolano envió a Paris y Berlín al doctor José Gregorio Hernández; en ellas aprendió los conocimientos más actualizados en esa época sobre Microscopía, Bacteriología, Histología normal y patológica y Fisiología experimental. Además –agrega Soyano- que al doctor Hernández, el gobierno de Venezuela le había encomendado la adquisición de los equipos y materiales necesarios para la creación de los respectivos laboratorios. Al volver a Venezuela, en 1891, el doctor José Gregorio Hernández ingresa como docente-investigador a la Universidad Central de Venezuela, dedicándose hasta su fallecimiento a enseñar lo aprendido en Francia y Alemania y a investigar en el campo de la medicina experimental por lo que se le ha calificado como el creador de la medicina moderna en Venezuela. En la UCV el doctor Hernández fundó la Cátedra de Bacteriología, la primera creada en todo nuestro continente americano.
El 29 de junio de 1919 fallece atropellado por un vehículo, su acta de defunción fue firmada por otro muy distinguido profesor de la Universidad Central de Venezuela, el doctor Luis Razetti, con quien el doctor Hernández discrepaba en torno a las concepciones creacionista del ser humano, defendida por Hernández, y la concepción evolucionista y positivista defendida por Razetti. Los actos velatorios del doctor Hernández tuvieron lugar en tres sitios: primero en la casa en Caracas de sus hermanos, luego en el Paraninfo de la Universidad Central de Venezuela, donde estudiantes le hicieron la guardia de honor, y finalmente en la Catedral de Caracas.
Nos dice Soyano que el doctor Hernández se dedicó a enseñar y a investigar sobre los mecanismos inmunológicos, especialmente en lo relacionado con las defensas del organismo frente a los agentes infecciosos. En reconocimiento a su labor académica, en 1947, el Consejo Universitario de la Universidad Central de Venezuela y el Congreso Nacional le asignaron el nombre del doctor José Gregorio Hernández al Instituto de Medicina Experimental de la UCV.
Le tocó al doctor José Gregorio Hernández vivir y ejercer como médico y profesor universitario dentro de un contexto demográfico y epidemiológico bastante complicado por la continuada ocurrencia en Venezuela de epidemias que diezmaban a la población, como lo indican las cifras sobre el crecimiento del tamaño de la población y de la mortalidad de nuestro país.
Entre 1873 y 188l, la población venezolana creció un 15,7 por ciento, pero entre 1881 y 1891 fue igual a 10,8 por ciento y entre 1891 y 1920 fue igual a 11,6 por ciento. O sea, la población venezolana crecía pero a un ritmo menor.
La tasa general de mortalidad en 1904 fue igual 19,8 por mil pero en 1919 fue igual a 22,2 por mil. Venezuela tuvo epidemias de peste bubónica en 1908, fiebre amarilla en 1912, viruela en 1915, paludismo entre 1915 y 1916 y gripe española en 1918.
El doctor José Gregorio Hernández legó a la ciencia médica una prolífica bibliografía que abordó temas como la nefritis en la fiebre amarilla, lecciones de bacteriología, lesiones anatomopatológicas de la pulmonía simple o crupal, tratamiento médico de la tuberculosis, la angina de pecho de naturaleza paludosa y la bilharziasis.
Sin duda alguna el doctor José Gregorio Hernández fue y es un prócer de la civilidad universitaria venezolana.
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Este articulo (Microvital Nº 8), corresponde a la serie producida por el Dr. Rómulo Orta C . para el segmento de Microvitales que se difunde semanalmente en el programa Super Estelares Esculpi, por Radio Capital 710 AM .